28.4.08

RELATO ESCRITO POR DAVID VERGARA (ANIMALISTA)

Se movía muy despacio, tembloroso y jadeante, aun asustado por la sucesión de acontecimientos que había tenido lugar la noche pasada.Todavía no entendía ni lo que había ocurrido ni como se vio envuelto en aquella situación.Estaba magullado y dolorido, tenía contusiones por todo el cuerpo y tal vez alguna costilla fracturada, consecuencia sin lugar a dudas de la paliza que aquellos desalmados le habían propinado.Todo ocurrió seis o siete horas antes cuando estaba desempeñando su trabajo en la finca y paseaba arriba y abajo en las cercanías de la verja.Como cada noche custodiaba los materiales de construcción que se hallaban almacenados en esta parcela, pensando una vez más que esta iba a ser una noche tranquila y apacible como venia siendo costumbre.Fue entonces cuando lo vio, dos pequeños puntos de luz que avanzaban a toda prisa en la negrura de la noche seguidos por el rugir de un viejo motor diesel.Permaneció inmóvil, a la espera, pero con los cinco sentidos alerta y los nervios a flor de piel.Los faros se iban haciendo más y más grandes hasta que parecieron que se le iban a echar literalmente encima.Fue entonces cuando lo tuvo claro, las intenciones de los ocupantes de aquel vehículo no se podía decir que fueran buenas.Quiso reaccionar a tiempo y poniéndose en guardia observo como aquellos vándalos forzaban la puerta y haciendo saltar el candado entraban en el recinto.Todo su cuerpo era un flan, los individuos armados hasta los dientes con porras y palos parecía que no iban a detenerse ante nada, y gritando en un idioma que no alcanzaba del todo a entender la tomaron a golpe limpio con el.Estremeciéndose de dolor a cada golpe e intentando plantarles cara, consiguió a duras penas separarse unos metros de ellos, lo suficiente para salir huyendo amparado en la oscuridad reinante.Así, como pudo, aguantando punzadas de dolor y alejándose poco a poco los oyó gritar.Solo pudo entender algunas palabras, y pensó que a veces las palabras pueden herir más que cualquier arma.Los oyó decir que si era de una raza inferior, que si no merecía la comida que le daban, que si merecía estar muerto, los oyó reírse de el hasta que por fin volvió el silencio.Que prepotencia pensó, creen que son los amos del mundo, que son mejores porque son de una raza distinta a la mía, creen que son los elegidos de Dios y me odian porque soy distinto a ellos, no se dan cuenta que en este planeta hay sitio para todos.....Y con estos pensamientos, sangrando por algún corte que tuviera y ya sin fuerzas para sostenerse en pie llego al amanecer a un pequeño barrio residencial.Allí permaneció agazapado entre unos cubos de basura por un tiempo, no sabría decir cuanto fue, unos minutos, horas, tal vez días.....y los vio venir.Por lo visto una vecina le había visto llegar y sin pensárselo dos veces llamo a la protectora, estos le cogieron, le curaron las heridas y le dieron en adopción a una nueva familia.Cuando pudo pensar con claridad lo supo.....no volvería a ser jamás un perro guardián.

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